Outsourcing

La pimera vez que oí hablar de Outsourcing (o su equivalente en expañol: deslocalización o subcontratación) me resultó una idea completamente innovadora que permite la distribución del trabajo por áreas de especialización. En palabras formales, permite que una empresa con una línea de producción que requiere un proceso que desconozca, subcontrate a una compañía para que se encargue de elaborar este tipo de actividades.

Un buen ejemplo de ello sería una casa editorial en las publicaciones de revistas. Si yo edito una revista, me voy a preocupar por conseguir el material, revisarlo, discutir correcciones con el autor y encargarme del diseño editorial; pero no lo haré del proceso de impresión, corte y armado de la revista ya que este proceso implica un equipo y conocimiento que los miembros de la casa editorial desconoce. Para ahorrarse problemas, van a una imprenta y le encargan la cantidad deseada de libros con las características deseadas.

Por su parte, la imprenta se compromete a tener los ejemplares listos en un tiempo determinado a cambio de su pago. La imprenta no es parte del equipo editor ni de la revista, sin embargo tienen una responsabilidad administrativa dentro del proceso productivo. Sin ser socios o propietarios, ellos tienen un poder de decisión y de su trabajo depende el éxito de todo el proceso productivo.

Lo mismo pasa con los recursos humanos, una oficina contrata compañías externas para conseguir personal de limpieza, seguridad, técnicos o incluso algún personal administrativo sin tener que incurrir en el engorroso proceso de contratación y capacitación en rubros en los que la empresa no tiene grandes conocimientos.

El conflicto está en cuando los procesos se especializan más. Un técnico que ha trabajado durante años para una compañía puede que no lo sea. Es más, puede que no tenga derechos laborales o sociales porque el papel que firmó al entrar a trabajar tenía varias características de las que no se fijó.

Hoy en día están surgiendo pequeñas empresas que venden servicios de outsourcing, ofreciendo grandes ventajas, como la de no tener que hacer la retención de impuestos al poner en el recibo de pago: concepto de alimentos; evitando generar obligaciones laborales haciendo firmar una vez al final del año la renuncia del trabajador para firmar de nuevo un contrato con él al día siguiente; pagar a destajo la actividad que realiza, por lo que no tiene que preocuparse por el seguro del empleado. También crean sociedades cooperativas en las que los empleados son socios industriales, le es pagado su capital y no reciben vacaciones, aguinaldos ni pago de utilidades; ya que la sociedad jamás registra ganancias.

Si se ve desde un punto de vista administrativo es una herramienta genial, ya que reduce los costos de muchas operaciones y permite una rápida expansión de la empresa. Después de todo, en los tiempos que vivimos, una empresa que no crece rápido es una empresa condenada a no hacerlo. Sin embargo las cosas cambian al ponerle cara humana. Y la gente no necesita pararse en el momento de desgracia de las personas al verlas sin un seguro médico en tiempos de necesidad porque la empresa para la que trabajaban no tenía responsabilidad alguna sobre su salud porque el pobre tipo renunció a ellas al momento de entrar a trabajar.

Lo que más me consterna es pensar ¿Para qué? ¿Realmente tiene necesidad la empresa ahorrarse ese dinero? Mientras más delgada se haga la cadena logística y administrativa más rentable se vuelve la operación. ¿A costa de gente honesta que no sale a las calles a pedir ni a vender piratería? A final de cuentas toda esa pila de dinero que se ahorran va a parar a los rines nuevos del convertible del dueño o del director ejecutivo.

Si bien la actitud comodina de los sindicatos de hoy en día haconvertido el sindicalismo en un circo hilarante, el outsourcing viene a dar al traste con el trabajador honesto.

Comentarios

Florecita Rockera ha dicho que…
cochinos rines del convertible...

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