Viajando trabajando

Cuándo iba de Londres a Estocolmo yo iba realmente fascinado, era el cuarto avión al que me subía en menos de 10 días. Todo eso iba contra todas las reglas de mi vida cotidiana. Era septiembre de 2003 y estos viajes eran el comienzo de un trayecto que marcaría por completo mi vida.

En ese viaje conocí a un noruego que era algo así como gerente de ventas de una empresa. Recuerdo que en ese entonces google earth era todo un acontecimiento y aprovechó para enseñarme el pueblo en el que vivía y decirme como extrañaba su casa. Desde la ventana me decía que, en invierno, todas las montañas que estabamos sobrevolando se llenaban de nieve y la gente se iba ahí a esquiar. - Me la paso viajando una o dos veces por semana a Londres, Estocolmo y Copenhague. - Al oír eso no pude menos que decirle que tener un trabajo que le permitiera viajar en avión gratis y tan seguido debía ser el mejor trabajo del mundo. - Pues no mucho, me respondió, porque por más que viajo no tengo tiempo de salir a conocer y no veo a mi esposa y a mis hijos tanto como yo quisiera.

Hace dos semanas yo tomaba por primera vez un avión por motivos de trabajo. Un viaje en avión no puede ser cansado para mi si me toca sentado en una ventana. No me puedo cansar de ver como la fisiología de la tierra cambia, y con ello la forma de vida de la gente. Las colinas y cerros se ven como arruguitas. Los montes nevados tienen partes oscuras en los desfiladeros que les da un relieve y un contraste que impone y los hace ver hermosos. Las planicies dejan ver el cuadriculado de los plantíos. En las zonas de cosa el mar se ven pequeñas manchas blancas que aparecen y desaparecen, las olas.

En fin, el destino era un hotel perdido en la riviera maya para asistir a la cumbre de la unidad latinoamericana. Con 10 días por delante era imposible no acercarme a la playa de vez en cuando, total, quien iba a poder conmigo.

Nada más alejado de la realidad. De hecho, después del aterrizaje en el avión, volví a ver la playa a los 4 días, a las 10 de la noche. Dos días después la vi a una prudente distancia de 50 metros. Ese azul verdoso, el aroma del agua salada, esa arena que parece talco y esas nubes que opacaban todo el esplendor del atardecer. Aaaaaarrrrggghhhh (mueca de dolor al estilo Calvin y Hobbes), en ese momento me dieron ganas de correr al mar y aventarme de esa manera tan desenfadada como en todas las ocasiones lo he hecho. Pero estaba trabajando.

Ese mar hermoso y el manglar en el que el hotel estaba construido (con todo y sus implicaciones ecológicas) fueron testigos de toda una odisea que en ocasiones me llenaba de satisfacción y en otras tantas me sacaron canas verdes y esa pléyade de barritos en la frente que hasta ahora se están empezando a desvanecer.

Al mar no me pude meter sino hasta la última tarde. El mal tiempo había traído un montón de plantitas que formaban un tapete de algo así como tallarines y semejaba al tapete que tengo en mi sala. Aún así el mar se veía bonito y era la primera vez en mi vida que veía la bandera verde ondear en la playa. Por más que me metía y rodeaba el tapetito raro de plantas que nos daba mucha cosa pisar, el mar no llegaba más allá de un palmo sobre mis rodillas. Nadie se puede bañar así, nadando rasguñaba la arena y mis pies al patalear se enterraban en ella. A las horas empezó el mal tiempo de nuevo y la bandera cambió a rojo.

Me fui de la riviera maya sin difrutar más que de un par de horas de alberca y como una hora de mar. De nuevo la travesía al aeropuerto, del aeropuerto a Toluca, de Toluca a la Cancillería y de Cancillería a mi casa. Algo así com0 9 horas de viaje.

Siempre he defendido la diferencia entre un turista, que solo conoce los hoteles y restaurantes bonitos como actividad recreativa, y un viajero, que se atreve a conocer la cultura y las personas del lugar; pero hasta ahora me surgió esta duda de saber como se llaman las personas que como yo, en esta ocasión, solo vamos a otro lugar a trabajar.

Comentarios

Florecita Rockera ha dicho que…
Te llamas "trabajador" :(
Marsia ha dicho que…
ja, tu pensando hace mucho tiempo, que un trabajo en el que viajas es genial pero... pues ya te diste cuenta que realmente no es tan genial por que ni eres un viajero ni eres un turista. Pero bueno...supongo que tendrás tiempo después para acompañarme a ver los invernaderos de tomate jajaja o iremos a esquiar o iremos a ver las mariposas monarcas y les diremos holaaaa cuasi paisanas jajaja
Violeta ha dicho que…
Neeeel prefiero ese tiempo viajando que en una ofina frente al una computadora no crees? no deja de ser alucinante hacer algo diferente, algo que involucra distancias, paisajes, tiempo para meditar o discutir con otros.

también me recuerda a "up in the air"
http://www.youtube.com/watch?v=e7k6FwXJhNk

claro no creo que llegues a ese extremo.

suerte
Nadia ha dicho que…
A mí me gustaría que me diera emoción subirme a un avión. Pero creo que ya la estoy perdiendo. Quizá porque me la he pasado haciendo el mismo recorrido y me cansé :S Así que ojalá que si viajes mucho, pero a destinos distintos :D

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