Otoño

En medio del sueño de mis primeras visitas desde México, mis papás y mi niña; la madre naturaleza se encargó de recordarme que ya no estamos en verano, que el otoño no es más que el cambio de viento que cambia por completo el paisaje, hace los días más cortos y, por supuesto, más fríos.

Mientras recorro todos los días el montón de kilómetros que separan mi casa del trabajo se pueden apreciar y sufrir perfectamente todos los cambios del clima, paisaje y de actividad animal. Me he hecho de algunos hábitos que antes no tenía, como revisar el meteorológico todos los días (que por cierto dijo que ayer nevaría y no nevó).

Empezando con las migraciones puedo decir que yo nunca en mi vida había visto un azulejo. No sabía lo grandes o lo azules que podían ser. El día que lo ví me dieron ganas de parame y bajarme. "Es un pájaro, ni bien pare el carro se va a soltar volando". Ver las águilas y a los halconcitos jugar a las traes con las golondrinas y otros pajaritos resulta un espectáculo, así como ver las nubes de pájaros cruzar el cielo y posarse sobre un cable de luz que cede ante el peso de tantísimas aves.

Cuando tenía aquí visitas se soltó un viento bastante fuerte que se provocó en la cuenca del Mississipi. Es decir, venía desde el sur de los Estados Unidos y nos llegó a pegar hasta acá. Por supuesto que en estas planicies el viento tiene suficiente espacio para pegar con gusto y te mueve el carro mientras estás manejando. Justo cuando estaba por salir se pegó con más fuerza, todo el mundo hablaba de tornado de nuevo y de pronto todos abandonaron el barco.

A principios de noviembre los días amanecieron blancos de niebla. Lo cual hacía imposible ver el paisaje, en vez de eso me concentraba en asegurarme que tuviera las luces encendidas, ver el carro de adelante y no pasarme ningún semáforo. Desde entonces los conté y conté la distancia entre ellos. Así fue durante tres días y dos noches.

Ayer amanecimos a -3 grados, pero como estamos junto a una porción de agua el viento y la humedad hace que se sientan -9. Como durante las primeras heladas agarran en el baño a la gente que echa la sal en la carretera la carretera es peligrosa. Los consejos de la gente local son muchos, no aceleres muy rápido porque te patinas, si te patinas no aceleres, toma tu distancia, mira un poco más allá de donde crees que vas a parar si te sales del camino, frena con motor. Con respecto a esto último me explicaron que para eso sirven las posiciones que dicen 2 y 1 en los carros automáticos.

Total, esto a penas va empezando y dentro de todos los paisajes y los pequeños cambios que existen entre el verano y la primavera lo más importante es una cuestión de adaptación y supervivencia. Aún así el consejo más importante que me han dado para pasar por cosas inadvertidas viene del genial Douglas Adams... DON'T PANIC!!!

Comentarios

Saurio ha dicho que…
O mejor aún "dont worry be PANIC"
Florecita Rockera ha dicho que…
me likes!!! y yo diría forty-two.

cómo que no sabías de las velocidades 1 y 2 de los carros automáticos?

abrazooooo!
Violeta ha dicho que…
hey hace como dos meses saqué ese libro de la biblio, pero ñeee como emepecé en CBS mejor lo voy a comprar por que la lectura iba para largo :O(

yo diria si patinas, mejor relájate y disfruta, pero si que no hay algún tonto cerca de ti que no sepa patinar con estilo.

creo que ya pasó el día más corto del año, entonces empiezan a ser largos ahora yes!

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