Aire



Uno:
   Solo por diversión ¿Quién se va primero?, platicabamos en una reunión social. Habría que hacer una quiniela a ver quien es el primero que se mueve. A final de cuentas todos sabemos que eso de la rotación no es algo que se desea, pero es algo natural dentro de nuestro oficio. Una sombra recorrió la mesa y nadie quiso decir nada.

   Poco después nos dimos cuenta que todos estabamos no solo cómodos, sino contentos en nuestro trabajo. Fuera de lo mucho o poco que hacemos, nos gusta y trabajamos bien como estamos. Nadie en su sano juicio dejaría de manera voluntaria el lugar en el que estamos. A menos que pase algo mal, cosa que inevitablemente va a pasar. Desde un oficio de la Cd. de México, un cambio de jefe, un conflicto interno predecible y un reemplazo de la plantilla, hasta el agotamiento de los fondos. Todo puede pasar y, en el 80% de los casos vendrá acompañado de un drama personal.

   Durante esa semana pensé en las posibilidades que podrían hacer que alguien nos dejara. Con excepción de dos, el resto de las posibilidades venía acompañada de la imagen de uno de mis compañeros en un rictus de decepción. En los escenarios más predecibles, a los más creativos e improbables, mientras más iba pensando, mas me daba cuenta que en su momento tendremos que afrontar todos la situación y los espacios vacíos que vayamos dejando. Era sufrir por adelantado.

   Entonces ¿nadie se va a animar a la quiniela?  No, gracias. Lo mejor es quedarnos así como estamos y no adelantarnos a nada de lo que seguro va a pasar.

Dos:
   Habían pasado mas de tres meses desde la última vez que la vi. Esta vez vino a desayunar a la casa para después acompañarnos a buscar unas especias que necesitabamos para preparar un platillo. Lo increible de los seres humanos es que cuando compartimos experiencias, a veces se crean vínculos personales a pesar de no tener muchas cosas en común. Y, ese día me di cuenta que la dejé de ver la misma cantidad de tiempo que había tratado con ella y que teníamos poca conversación en común.

   ¿Cómo está tu familia? Mas o menos, respondió con un tono bajo y casi entre dientes. Nunca habla entre dientes, nunca habla bajo. Aunque le cuesta trabajo hablar en español tiene ese toque francófono en el que todos abren mucho la boca cuando hablan, a pesar que no sean escandalosos. ¿Tu mamá? Si, ella... cáncer, respondió entre dientes de nuevo.

   Pasaron semanas antes de volver a hablar de ella. A la mamá la conozco, ella es la dueña de la casa de los sueños y en su momento describí la impresión que ella me daba y la luz que se desbordaba en su casa. Me dieron ganas de ir y verla. Pero, ¿a qué? ¿para qué?


A veces las cosas son demasiado felices para ser verdad.
El problema no es que lo sean, sino el que siempre pensemos que son tan buenas que algún día se va a terminar.
Al final pasamos todos esos dias felices temiendo el momento en el que ya no lo sean.
Después de todo, los mejores dias son aquellos en los que sabes lo que va a pasar, pero no te importa, porque lo estás disfrutando y no quieres que algo que sabes que vas a tener que enfrentar te afecte desde antes.
Es por eso que los niños se divierten tanto.
Me encanta ser un niñote.

Comentarios

Saurio ha dicho que…
mi filosofía es: "dejar que el David del futuro se preocupe por eso".
saludos ñoñazo!

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