Limpiando el wok

Hace más de cinco años, cuando Lola empezó a estudiar técnicas de cocina, compramos un wok. Lo compramos en una tienda especializada de cocina que parecía más una ferretería que una tienda departamental. Ya habíamos escuchado que el wok, cuando era bien usado, se convierte en una sartén irremplazable, menos cara que las sartenes con teflón y mucho más eficiente. Al final de cuentas, compramos el mejor wok que encontramos y nos lo llevamos a la casa. Para que el wok sea funcional hay que curarlo. Básicamente se trata de recubrirlo con una capa de aceite y recubrirlo hasta que éste se cristalice y forme la superficie antiadherente que le da la versatilidad al artefacto de cocina. Sin embargo, la tarea fue muy complicada debido a que la estufa que teníamos era electrico, y no de gas. El resultado fue que lo curamos medio bien, y la comida se pegaba horrorosamente en algunas partes. Así que guardamos el pedazo de metal hasta que encontraramos la oportunidad de usar una flama decente para curarlo bien. Cuando nos mudamos a Brasil el wok se vino con nosotros. Aquí la limitación es que el quemador de la estufa tenía una flama bastante baja, si es que el quemador prendía. Dos de ellos no lo hacían. Todo esto hacía del proceso de hervir agua una tarea dolorosamente larga. El wok siguió dormido en el estante más alto de la cocina para que no estorbara. Finalmente, hace dos semanas nos mudamos de departamento. Gracias a Tláloc la mudanza fue tan solo de piso, en un departamento de las mismas dimensiones que el anterior. Pequeñas modificaciones estéticas hacen del nuevo departamento un lugar más aprovechable. Esta vez los quemadores de la estufa funcionan a la perfección. Tan desacostumbrados estamos de tener una llama decente que cuando cocinamos sentimos que tenemos el fuego del infierno a nuestra disposición. Con la mudanza vino una determinación, las cosas inútiles que nos estorben, o no, se iban a la basura. Fue así como llegamos al wok, ahora no solo mal curado sino ya un poco oxidado de su base. A Lola y a mi nos dio mucha pena saber que tenemos una herramienta tan aplaudida por otros y totalmente desaprovechada en nuestra casa, por no saber usarla adecuadamente. Ya que tenemos una flama decente por primera vez en años, decidimos darle una segunda oportunidad al wok, bajo la condición de que lo restauraramos lo más pronto posible. Fue así que empezamos a ver videos no solo de como curar los woks, sino de como reacondicionar los woks viejos. La receta es sencilla, hay que remover todas las impurezas y grasa quemada del wok (aunque ninguno dice que se lije) hasta que quede casi pulido. Luego comenzar de nuevo con el proceso de curado. Esta vez vimos una técnica nueva que cura capa por capa del wok en el horno convencional. Así la capa es uniforme tanto por dentro como por fuera. Ayer domingo, por la tarde, sin tener muchas ganas de hacer otra cosa, decidí ponerme a limpiar el wok. Primero por dentro, luego por fuera. A pesar de que todos los videos muestran que es un proceso sencillo, no lo ha sido para mí. Al grado de que llevo dos días tallándole con producto, jabón, agua y estropajo metálico y todavía no sale al 100% toda la mugre. Hoy la frustración llegó al grado de que me senté a escribir esto para ver si así me puedo dormir tranquilo. Mañana continuaré y ya les iré contando. Buenas noches.

Comentarios

Entradas populares