De la ciudad y sus volcanes.

Definitivamente, las cosas cuando no se planean salen mejor. El viernes tuve que irme hasta el sur de la ciudad a tomar unas platicas. Desde la mañana los periodicos anunciaban fuertes vientos durante todo el día. Realmente yo no les creí y hasta me reí. Sin embargo poco después entendí a lo que se refería. Digamos que hubo momentos en que el viento movía la estructura del edificio al grado tal de que tanto el cañón como la pantalla se movían.

Mi sorpresa fue mayor cuando, al pasar de regreso a la casa (iba de ride, por supuesto), toda la condesa estaba sin luz, y los semaforos apagados. El tráfico era bastante y todo gracias a que no había luz. De pronto la llanta de mi cuate se ponchó y tuvimos que cambiarla justo enfrente de un seven eleven. Puesto que el trafico estaba pesado, nosotros cansados, agitados y sucios, decidimos tomar unas cervezas en un barecito bastante simpático del que platicaré luego.

El fin de semana terminé pasandomela con unos primos armando perfumes y conviviendo con mis sobrinos. Total, el domingo en la mañana terminamos desayunando en un centro comercial en Lomas Verdes, cuando mi prima dijo: mira, se ven los volcanes.

Cuando uno pienso en el Popo y el Izta pienso en una leyenda prehispánica, en la tumba de mis abuelos cerca de Xochimilco desde donde se ven de manera majestuosa y en los dias despejados camino a la primaria cuando los veiamos con mi papá, pero de ninguna manera pensé que desde el Estado de México, al noroeste de la ciudad se alcanzaran a ver. Es ahí cuando uno se da cuenta de:
1. La ciudad no es tan grande y la complejidad de la misma radica en la gran cantidad de semaforos y embotellamientos.
2. Que las imágenes de Landesio y Velasco (ver Siglo XIX) eran realmente factibles. Que solo una ciudad como México puede tener un clima tan templado como el que tiene en la falda de dos volcanes nevados. Que pudo haber sido mil veces mejor si hubieras sido español a punto de llegar a una ciudad blanca, con canales como en Venecia con estas dos imponentes moles orográficas.

Y para muestra, basta un botón.


Creo que les guardo un cierto cariño que va más allá de un buen recuerdo de la infancia. La ciudad vive al abrigo de ellos. Simplemente los amo.

Comentarios

Mónica Pulido Echeveste ha dicho que…
El nevado de Toluca también estaba precioso todo nevado!!
Su nombre dice que es nevado... pero tristemente en los últimos años la ha perdido casi toda.

En otro día despejadito, deberíamos ir al espacio escultórico en la unam. Si te trepas arriba, puedes ver la ciudad hacia sus 4 puntos cardinales...
Saurio ha dicho que…
Puedo apostar que no volveremos a escuchar del bar.
Y si, lo que no es planeado sale mejor (excepto cuando se habla de chiquillos)
Lilirog ha dicho que…
Me encanta la foto!! =)

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