Si el cielo te da limones...
Lo que nadie te dice que pasa cuando te mudas constantemente es que tomas las decisiones más importantes que van a marcar tu estancia en un lugar en cuestión de semanas.
El fin de semana pasado tuve un percance no muy común. Encontré una casa grande, con un jardín hermoso, donde anidan las aves de temporada, 3 cuartos, 2 baños, bien iluminada, suelos de madera, una cocina preciosa recién remodelada y cochera techada a un muy buen precio. Los dueños me dijeron que tenían que pensar la opción de rentarla porque en realidad querían venderla. Aún así me enseñaron la casa en dos ocasiones y me platicaron las ventajas que tenía vivir en el lugar.
Después de asegurarme que era el mejor lugar en donde podría vivir, hice lo que aquí le llaman "una propuesta de renta" y esperé unos días. Ellos me tenían que responder un lunes, pero pasó el lunes, martes, miércoles y hasta el jueves quedamos de firmar el contrato. Finalmente recibí una llamada telefónica de la agente de bienes raíces: Oscar, te tengo malas noticias.
Mi reacción ante eso fue un "chin", pero he pasado por peores. En estos casos uno es presa facil de cualquier porquería que te quieran ofrecer. Y el caso es que, en este "biking town" (en inglés porque es el idioma oficial) hay de todo tipo de casas, menos la que yo quiero. Caras, muy grandes, muy chiquitas, cuevas de lobo, muy caras y mal cuidadas. Me puse a recorrer el pueblo como fantasma errante, pasé un momento de desesperación hasta que llegó el momento filosófico, una revelación: Si el cielo te da limones, busca en otro lado y encontrarás las naranjas que estás buscando.
Lo curioso es que tengo un jefe que mezcla con bastante congruencia algunas posiciones que durante muchos años he contrapuesto: "Pásatela bien, diviertete, pero no por eso tienes que sufrir. Consíguete un buen lugar en la ciudad. Lo de más es que tengas que manejar 40 minutos al trabajo, pero ahí hay cines, cafés, bares, centros comerciales, puedes hacer más amistades de las que podrías hacer aquí". Qué más puedo decir. El cielo no me da limones, pero las condiciones me dan un aventón a la ciudad de al lado. ¡¡¡Hay que hacer naranjadas!!!
El fin de semana pasado tuve un percance no muy común. Encontré una casa grande, con un jardín hermoso, donde anidan las aves de temporada, 3 cuartos, 2 baños, bien iluminada, suelos de madera, una cocina preciosa recién remodelada y cochera techada a un muy buen precio. Los dueños me dijeron que tenían que pensar la opción de rentarla porque en realidad querían venderla. Aún así me enseñaron la casa en dos ocasiones y me platicaron las ventajas que tenía vivir en el lugar.
Después de asegurarme que era el mejor lugar en donde podría vivir, hice lo que aquí le llaman "una propuesta de renta" y esperé unos días. Ellos me tenían que responder un lunes, pero pasó el lunes, martes, miércoles y hasta el jueves quedamos de firmar el contrato. Finalmente recibí una llamada telefónica de la agente de bienes raíces: Oscar, te tengo malas noticias.
Mi reacción ante eso fue un "chin", pero he pasado por peores. En estos casos uno es presa facil de cualquier porquería que te quieran ofrecer. Y el caso es que, en este "biking town" (en inglés porque es el idioma oficial) hay de todo tipo de casas, menos la que yo quiero. Caras, muy grandes, muy chiquitas, cuevas de lobo, muy caras y mal cuidadas. Me puse a recorrer el pueblo como fantasma errante, pasé un momento de desesperación hasta que llegó el momento filosófico, una revelación: Si el cielo te da limones, busca en otro lado y encontrarás las naranjas que estás buscando.
Lo curioso es que tengo un jefe que mezcla con bastante congruencia algunas posiciones que durante muchos años he contrapuesto: "Pásatela bien, diviertete, pero no por eso tienes que sufrir. Consíguete un buen lugar en la ciudad. Lo de más es que tengas que manejar 40 minutos al trabajo, pero ahí hay cines, cafés, bares, centros comerciales, puedes hacer más amistades de las que podrías hacer aquí". Qué más puedo decir. El cielo no me da limones, pero las condiciones me dan un aventón a la ciudad de al lado. ¡¡¡Hay que hacer naranjadas!!!
Comentarios
:-)))
Que todo marche bien, y remember, ser snob es lo de hoy!
Al menos no es como en Copen que para rentar un depa, hay una lista de 90 a 800 prospectos y a "TODOS" se les muestra el depa. osea!!! una locuraaaa! para qué mostrar un depto a más de 100 para un sólo cliente elegido? hablando de depas y no de casas... es una especie de guerra de a ver quien consigue el menos pior depa...
el verano y una terraza es lo mejor para disfrutar unas naranjadas!