Fin de año
Esta entrada es bastante predecible, ya que aquí voy a decir que ya se acabó el año, todas las cosas que hice, que voy a hacer, que México no ganó el mundial y que al mundo se lo está llevando el traste.
Lo que si es que año con año si me entra el espíritu de hacer recuentos y hacer planes. Es una buena manera de ver en dónde se está en relación con otros años. Qué mejorar y qué abandonar. El blog, como un medio de expresión y de este registro es una de esas cosas que tengo que mejorar.
Acerca de los cambios, este año fue uno lleno de ellos. Empezó en la ciudad de las canteras rosas con una celebración en familia. En ese momento todo aquello más allá del cuadro de la hoja que decía febrero en un cuadro con el número 24 en su interior era incertidumbre. Y la incertidumbre es buena, te mantiene en estado de alerta y te obliga a reaccionar rápido y a improvisar ante cualquier cambio repentino. El 1 de enero de 2010 mi mente se había desplegado en una intrincada red de posibilidades desde la mejor hasta la peor de todas.
A mediados de enero todo se empezó a acelerar repentinamente y no paré hasta ya entrado el verano, en ese impasse que se formó entre el momento de que ya tenía un departamento en una ciudad a miles de kilómetros de mi casa pero completamente vacío. Sensaciones nuevas llegaron, me sentía incapaz de hacer nada mientras el lugar que llamaba casa era una cocina con metros de alfombra que solo soportaban dos maletas y una cama inflable. Aún con todas mis cosas mi principal reto fue cambiar mi concepción de casa al lugar en el que pasaba la noche.
En 2010 dormí en 25 lugares diferentes, incluyendo casas de familiares, amigos, conocidos, hoteles, sofás, alfombras y camiones. Lo que significaba en promedio cambiar de lugar donde dormir alrededor de una vez por semana. . Entendí la diferencia de viaje de placer y viaje de trabajo. Aún así no dejo de perderle el gusto a subirme en un carro, tren o avión para bajar en algún lugar nuevo o conocido.
2011 espera un montón de experiencias y planes completamente diferentes a aquellos del año que ya no es. Empezando porque este mes habré pasado la mayor cantidad de tiempo fuera de mi ciudad de origen.Por el momento lo seguro es que no hay nada seguro. Esto me gusta, por ahora.
Lo que si es que año con año si me entra el espíritu de hacer recuentos y hacer planes. Es una buena manera de ver en dónde se está en relación con otros años. Qué mejorar y qué abandonar. El blog, como un medio de expresión y de este registro es una de esas cosas que tengo que mejorar.
Acerca de los cambios, este año fue uno lleno de ellos. Empezó en la ciudad de las canteras rosas con una celebración en familia. En ese momento todo aquello más allá del cuadro de la hoja que decía febrero en un cuadro con el número 24 en su interior era incertidumbre. Y la incertidumbre es buena, te mantiene en estado de alerta y te obliga a reaccionar rápido y a improvisar ante cualquier cambio repentino. El 1 de enero de 2010 mi mente se había desplegado en una intrincada red de posibilidades desde la mejor hasta la peor de todas.
A mediados de enero todo se empezó a acelerar repentinamente y no paré hasta ya entrado el verano, en ese impasse que se formó entre el momento de que ya tenía un departamento en una ciudad a miles de kilómetros de mi casa pero completamente vacío. Sensaciones nuevas llegaron, me sentía incapaz de hacer nada mientras el lugar que llamaba casa era una cocina con metros de alfombra que solo soportaban dos maletas y una cama inflable. Aún con todas mis cosas mi principal reto fue cambiar mi concepción de casa al lugar en el que pasaba la noche.
En 2010 dormí en 25 lugares diferentes, incluyendo casas de familiares, amigos, conocidos, hoteles, sofás, alfombras y camiones. Lo que significaba en promedio cambiar de lugar donde dormir alrededor de una vez por semana. . Entendí la diferencia de viaje de placer y viaje de trabajo. Aún así no dejo de perderle el gusto a subirme en un carro, tren o avión para bajar en algún lugar nuevo o conocido.
2011 espera un montón de experiencias y planes completamente diferentes a aquellos del año que ya no es. Empezando porque este mes habré pasado la mayor cantidad de tiempo fuera de mi ciudad de origen.Por el momento lo seguro es que no hay nada seguro. Esto me gusta, por ahora.
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