Odio a los peluqueros.

- Oh my God! You have your hair so fucking curly - Me dio con soltura y sin retener las palabras la peluquera.
- Pues si, pero yo tengo que vivir todos los días con él.

Creo que este fue el momento cumbre, y por fin me decido a hacer una entrada acerca de las peluquerías y mi complejo sobre el cabello. Aunque en realidad debí haberlo hecho desde hace mucho no entiendo por qué no se me había ocurrido desde antes. Total, aquí mi historia.

Cuenta la leyenda que vi la luz, tenía el cabello ralo y erizado, imposible de peinar. Motivo por el cual fui sometido a diversos tratamientos populares hasta que un día me creció el pelo rizado. Desde niño siempre tuve un corte de cabello, a máquina por los lados y despunte arriba. Era sencillo y no había pierde, así no puedes cortar de más, además de ser cómodo porque el peluquero de la vuelta de la casa me lo cortaba bastante rápido.

Sin embargo la gente crece y se revela. Como a los 15 años todo el mundo empezó a cambiar de cortes de pelo, pero yo no, porque no había de otra. El cabello rizado es inmutable, siempre es lo mismo y no hay de otra. Durante mucho tiempo renegué de esta idea y mi cabello pasó por gel, spray, mousse, químicos y toda la cosa sin ningún resultado. Se mantuvo siempre igual y poco a poco fui desarrollando esa incomodidad al tener el cabello corto, el cual se vio reforzado al descubrir que en la escuela era el único que podía tener el cabello más largo que el resto de los compañeros. Así empezó la época del experimentar con el cabello.

Fuera de anécdotas,la verdad es que no me gusta ir al peluquero por una ismple y sencilla razón. Siempre cortan mucho. Parece que cuando les digo, solo corta dos dedos de pelo, escuchan, corta para que queden solo dos dedos de pelo. Ya intenté contarles cuentos, ponerles ejemplos, llevar fotos de como me gusta, pero rara vez funciona. Los que me llegan a cortar el pelo bien son gente de mala memoria o que no pueden repetir su éxito en más de una ocasión. Las personas que me lo llegan a cortar bien después de varias visitas, desaparecen, o desaparezco. Muchos de ellos no ven en mi montón de pelo un corte potencial, casi al extremo como un escultor ve un bloque de marmol, y más bien lo ven como un jardinero que corta el pasto, mientras más corto, más se tardará en crecer. La verdad, odio las peluquerías y odio a los peluqueros.

El problema es que visitar al peluquero de vez en cuando es inevitable, así que seguiré intentando.Pero en cuanto encuentre a alguien que me lo corte bien, me caso con ella. Y si es él, ehhh... seguiré buscando.

Comentarios

Nadia ha dicho que…
Ahora sí que te comprendo perfectamente. Mis experiencias van desde lo traumático hasta la emoción momentánea que se pierde cuando ya no encuentras al peluquero. En mi caso, siempre han sido hombres los que han sabido acomodar los rizos :D Y acá en el norte, solía sufrir bastante por no encontrar productos que no fueran para dar volumen al cabello "nórdico". Pero la globalización ha traído beneficios capilares. Aunque todavía no me aventuro a cortarme el pelo aquí. Una amiga iraní me sugiere que ni se me ocurra si tengo la posibilidad de hacerlo en México. En fin, como este post está resultando más largo que tu entrada... Suerte con los peluqueros :D
Saurio ha dicho que…
Cuando vengas recuerdame llevarte con mi peluquera, de inicio cada que voy odia cortármelo porque dice que le encanta el pelo chino, por lo que nunca corta demasiado, la da pavor cuando le digo que lo quiero cortito (aunque sólo he ido dos veces, he quedado contento con el resultado)
Anónimo ha dicho que…
caray, en China, por motivos obvios, te resultaría mucho más frustrante salir de la peluquería y tener que verte en el espejo de nuevo jaja... salud y saludos, compita! chano!

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