You've got mail! Real mail!

Desde que tengo uso de memoria, el correo sirve para cosas aburridas. En otras palabras, para enviar facturas y cuentas por pagar. Cuando era niño era divertido leer a quien iban dirigidas las cartas de mi edificio y en ocasiones les avisaba que les había llegado una carta, o cuentas por pagar.

Poco después me di cuenta que a ese buzón negro de latón llegaban cosas más divertidas, como anuncios con ofertas de Gigante y Comercial Mexicana, básicamente porque tenían fotos e imágenes y no como las aburridas cuentas de banco cuyo único dibujito era el logotipo de la empresa. O el ejemplar de Selecciones que nos llegó mes con mes durante dos años. También nos llegó un periódico que era aventado por debajo de la puerta porque no cabía en el buzón.

Uno de esos días, llegaron un montón de tarjetitas con una foto. Eran tarjetas postales que enviaba un tío desde Estados Unidos, poco después llegaron otras de una tía que vivía también allá. Aunque en ese momento la diferencia entre Estados Unidos, Guadalajara y Acapulco era que en Estados Unidos se hablaba inglés y que todos estaban muy pero muy lejos.

Tuvieron que pasar muchos más años y una mudanza para empezar a mandar cartas a mis amigos que se quedaron en México y otro que se fue a Guadalajara. Incluso me hice de nuevos amigos, así conocía a Angélica, de Costa Rica, otra chava de España que fue tan importante que ni de su nombre me acuerdo y de Dovilé, que es la única persona con la que todavía tengo contacto después de casi 10 años. Con esta última nos mandabamos correspondencia 6 veces al año. A pesar de existir el correo electrónico, era genial salir todos los días a la calle y abrir el buzón con la esperanza de que llegara algo. En la casa de mis papás debe estar una caja con las evidencias de esos recuerdos.

Luego me salí yo de la casa a vagar por un año, momento en el que el mejor contacto que tenía con la familia y con la gente que quería era mandarles una postal diciendo que los extrañaba y que me la estaba pasando bien, aunque en ocasiones no fuera tan cierto. De pronto le envié tarjetas hasta a gente que me encontré en la calle y me recordaban a la vida que tenía allá. En su momento, eso me ganó un par de entrevistas de trabajo y recomendaciones para lo mismo.

Al regresar tuve un cambio grande, reafirmé mis lazos con mis mejores amigos e hice unos más que comparten ese mismo gusto por intercambiar postales. Lo que nunca cambió fue esa emoción y las cosquillitas en la panza cuando al abrir el correo te encuentras esa tarjeta escrita a mano que ya se quemó el cartero y todos por cuyas manos pasó, o cuando mi mamá me decía entre los ruidos de la cocina "te llegó una postal que está en el mueble de la tele".

Desde entonces siempre procuro comprar un par de postales cuando viajo, dedicarle un par de minutos entre las marchas regulares de pueblo y pueblo y recorrer como loco la ciudad buscando estampillas y un buzón donde echar las tarjetas. Muchos dicen que estoy reloco, pero me gusta, es ya una parte de mi y siento que eso me acerca con las personas que quiero aunque estén muy lejos.

No sé si todas le llegaron por correo, pero Violeta tenía una colección impresionante de postales que tenía pegadas adentro del baño y del cual me sentía bastante orgulloso porque ahí reconocí de 3 a 5 postales que yo le había enviado estando fuera. De ella saqué mi idea del muro de las postales que tengo en mi casa, por supuesto que es menos impresionante que el de ella, a final de cuentas, yo envío menos postales que las que recibo. Y ahora que me he mudado varias veces, con mayor razón.

Lo cierto es que, si has recibido una postal mía, es porque te quiero. Y si no te ha llegado ninguna es porque no me has dado tu dirección o ya está por llegar.

El Top 5 de mi muro de postales.

1. Dovile: 12 (No todas estan en el muro)
2. Violeta: 6
3. Monica: 3
4. Alhe: 2
5. Chano: 1

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
me haré el propósito de enviarte postales cuando ande de viaje. Besos, oscaroso. chano!
marianita ha dicho que…
yo tambien.. pero necesito to CP amiguito!!!! besos! Marianota :)
Mónica Pulido Echeveste ha dicho que…
Recuerdo que te envie una de Valencia desde Berlin y ya vi mi helicóptero por ahí... pero la tercera, ni idea.
Que bueno que el papel sea más duradero que mi memoria.
Buscaré otra linda pronto :)

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