Planificando

Cuando uno viaja uno se sale de la zona de confort. A menos que uno tome visitas guiadas y cuente con un lazarillo que ya conoce la zona y les muestra de manera selectiva las cosas que cree que uno quiere ver, viajar solo pone a prueba ciertos sentidos que no se ejercitan cuando uno está en casa. Desde el despertarse en la mañana hasta la constante pregunta ¿dónde estoy? nos mantienen en un estado de alerta constante. En lo personal, lo mejor del viaje es que uno no es igual al otro. Existen miles de factores que pueden hacer de él una experiencia buena o decepcionante. 

En esta ocasión estoy sentado en una mesa con un mapa rayoneado de un lado, una libreta y una guía del otro. Hay muchos referentes que tengo del próximo lugar que voy a visitar y sé que sólo tendré un tiro para aprovecharlos, o no. Cultura, ciencia, naturaleza e historia me llaman tanto la atención que quiero planear a conciencia el viaje que viene. Hay muchos lugares por visitar. Fácilmente podría quedarme todo el verano aquí y no terminaría de hacer todo aquello que me gustaría y tengo la certeza que me iré con muchos pendientes en el corazón. 

Así que, desde que cerré el trato de hacer este viaje, me puse a investigar a leer y releer detalles y generalidades del lugar. De vez en cuando me levanto a media noche a leer un poco, a investigar, a tomar notas y a trazar líneas en los mapas. Tengo que confesar que simplemente planearlo se ha convertido en algo tan entretenido como un paseo dominical y tengo la esperanza de que llevarlo a cabo sea mucho más. 

Comentarios

Florecita Rockera ha dicho que…
jijiji, freak! te quierooooo

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