Miedos

Cuando veo una hoja en blanco, lista para llenarse con mis trazos, palabras, ideas, impulsos; siento un ligero vacío, y me le quedo viendo. En realidad dudo, dudo de lo que sea que quede ahí impreso sea algo que valga la pena ser leído, visto. Algo que haga que alguien se pare, le preste atención y diga algo sobre ello. Cuando en realidad las cosas me salen mejor cuando cierro los ojos y empiezo a hacerlas.

Hace algunos años mi hermano y yo ibamos seguido a escalar, cosa que quedó en el olvido después de no se que. Simplemente dejamos de ir alrededor de dos años después de ir bastante seguido. Lo cierto es que siempre había una parte en la que yo me atoraba, y las pocas veces que conseguí llegar hasta arriba era en el momento en el que estaba tan concentrado en hacer las cosas que se me olvidaba pensar en la posibilidad de fallar, de dejar de hacerlo y caer irremediablemente en un lugar en el que no iba a poder regresar al lugar en el que me quedé.

Ahora, pasando solo tanto tiempo me pongo a pensar que no es tan malo. Que los grandes miedos vienen desde adentro, porque afuera pueden pasar tantas cosas tan increibles que cuando pasan, buenas o malas, uno está tan concentrado en sus miedos que no ve pasarlos. Así que manos a la obra porque todo esto tiene que empezar tarde o temprano.

Comentarios

Saurio ha dicho que…
Tengo en el cagadero un libro como de superación personal, sonaste muy similar, claro, uno tiene el potencial y curiosos cerebros desarrollan la capacidad de no dejarte ir más allá por tus miedos al fracaso, y terminas fracasando por tus propios medios. Pinche cerebro
Mario Samano ha dicho que…
una vez me invitaste al muro y no te aguanté y te resbalaste y te caíste y yo me estampé contra de ti y tú contra el muro. al menos a mí me tocó lo esponjoso y a ti las piedras.
Violeta ha dicho que…
qué tiene que empezar tarde o temprano?

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