Entrada post-invernal

 En algún momento describí el otoño en estas tierras.



El invierno es demasiado absorbente como para intentar describirlo estando a la mitad del mismo. La falta de luz antes y después del trabajo es algo que me afecta mucho la capacidad de concentración y de hacer cosas nuevas. Como llegué en verano, pasé la mayor parte de mi tiempo en instalarme, aprender el trabajo, intentar acercarme al modo de vida local y recibir visitas. Después de eso, se acabó el calor sin que me diera cuenta. No obstante, el invierno está lleno de cosas muy interesantes. La nieve es hermosa cuando es ligera. Son como pequeñas hadas que vuelan por todos lados. Cuando está en las calles y los carros la levantan al pasar parece como una bruma que te hace pensar que manejas por las nubes. En las noches, cuando cae, parece que alguien está aventando diamantina cuando se alumbran con los faros. Es bastante divertido caminar por la nieve, escucharla crujir mientras la bota comprime los cristales y deja rastros de tu paso por el lugar en el que pasas. Cuando estás en la calle y la nieve cae, es como llenarse de pelusitas por toda la ropa. Y cuando uno se pone a pensar por qué cae nieve y no bolas de hielo del cielo uno se da cuenta lo delicada y exacta que es la naturaleza.

Evidentemente, no es nada divertido cuando todo se congela y de pronto estas en el suelo porque te resbalaste. Aunque existe una ley que obliga a todas las personas a mantener limpia la banqueta, si no te demandan por los daños que sufre el incauto que se cayó. No obstante, las cosas pasan en donde menos te lo esperas. Tampoco es divertido manejar en medio de una tormenta de nieve, ni derraparte en el carro. La gente acomoda su vida conforme el invierno va llegando, pero el frío, la oscuridad y la relativa soledad (si tengo amigos por aquí, pero viven algo lejos) me pusieron en un estado letárgico y con pocas ganas de hacer algo.

A pesar de haber hecho un par de salidas sanitarias, a mediados de marzo, todavía entre nieve, sentí esa sensación de la persona que camina sin un alma que la acompañe. Un pequeño vacío en el cuerpo que se pregunta, ya aguanté todo esto, hasta cuándo terminará el invierno.

Hace dos semanas brotaron las primeras hojas de los árboles. Con tener 10°C con sol es suficiente para que todos salgan en shorts, falditas y camisetas. Es indescriptible esa alegría de ver pequeñas flores silvestres en la calle y pensar, ahí viene la primavera, aunque estemos a finales de abril. Parece que las neuronas se acomodan diferente porque de pronto todo se ilumina, los colores brotan, en los parques plantan flores, el blanco de la calle cambia por un verde brillante que parece que te llena de energía. Aún así, viniendo de un lugar donde la diferencia entre verano e invierno son 20°C, cuando aquí pueden ser 50°C, te hace apreciar los ciclos naturales y lo buena que es la vida cuando hace un buen clima.

Ya queda la mitad de la primavera y apenas brotaron las flores. a disfrutarla.

Comentarios

Florecita Rockera ha dicho que…
fotooooossssss!!!!

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