La incertidumbre

Llegamos a esa parte de nuestra estancia en Brasil en la que las cosas pueden cambiar de un momento a otro. A diferencia de Canadá, no estoy buscando otra asignación, sino que intenté suerte en entrar en una universidad para hacer un programa de maestría.

Esta es una historia bastante añeja. A finales de 2014 intenté entrar a una maestría en Francia, pero me quedé en la última etapa selectiva. En ese momento me llegó el traslado a Brasil, y decidí venir para acá a vivir muy buenos tiempos.

Tres años después estabamos almorzando con quien era mi jefa en esa época y me dijo, tienes que ponerte metas altas. Es la mejor manera de probarte a ti mismo. Así que empecé un proceso largo de estudiar para examenes, estudiar programas, hacer planes de qué es lo que quería hacer y todas esas cosas. La diferencia es que casado todo tiene que ser discutido entre dos y las perspectivas pueden cambiar mucho después de plantearlo en pareja. Hasta ahora el pizarrón de la casa todavía tiene una lista de pros y contras y de los lugares a los que podríamos ir.

Las fechas límite fueron en diciembre, lo que coincidió con el fin de un alud de trabajo que me servirá de excusa si no me aceptan en las universidades. En ese entonces dejé de ir a los ensayos del bloco, llegaba a la casa a dormir y salía sin desayunar. Las aplicaciones salieron de puro milagro.

Marzo de 2019, cuatro meses después estamos a dos días de la fecha promedio en la que salen los resultados de los programas y la ansisedad llega. Afortunadamente este año el carnaval cayó también en marzo y las presentaciones y fiestas me ayudaron a no pensar en los resultados hasta una semana y media antes de la fecha de su publicación.

Un día después del fin de la fiesta me llegó la primera respuesta de la única universidad en Canadá a la que había aplicado. Lamentamos decirle que no podemos ofrecerle un espacio en nuestro programa. Que es una frase en canadiense que quiere decir "no va a entrar aquí porque no se nos pega la gana". Lo que se sintió feo no fue el rechazo sino el lenguaje condescendiente con el que lo hacen.

Con una opción fuera, quedan dos. Para mi la idea de que apliqué a la universidad canadiense es tan lejana como si nunca hubiera existido. Ahora la ansiedad se concentra en las otras dos universidades. Para manejarla, estoy tomando un curso de programación y regresando al gimnasio (aunque creo que sería mejor empezar con el Aikido de una vez por todas). Este lunes pareció no funcionar porque dormí dos horas en toda la noche.

Pase lo que pase, el curso de este río que se llama vida puede cambiar en cuestión de días. Sea comenzando a hacer trámites para dejar una casa y comenzar desde ceros otra vida en otro lugar, o la de comprar un repique para aprender a tocarlo en este próximo año de camino al carnaval de 2020.

Como decía Anitta, si paso me pondré muy borracho, y si no paso también me pondré muy borracho. XD

Comentarios

Entradas populares