La malinche no se ha muerto
Un día por los pasillos de la universidad me encontré con una amiga que había cambiado su pelo de rubio a castaño oscuro, falso en ambas ocasiones. Como tenía tiempo de no verla la saludé bastante bien y le comenté que me había gustado su cambio de look, con el pelo moreno se veía mucho mejor.
- Hay, eres el primero que me dice eso. A mi no me gusta.
-¿Por qué?
- Pues me iba mejor cuando tenía el pelo güero, cuando iba al antro no tenía que pagar nada. Siempre nos llegaban copas de una y de otra y de otra mesa. Ahora cada que voy tengo que pagar todo lo que tomo, y es mucho.
Ahí aprendí porque a las mujeres se les hace tan pero taaaan fácil irse a los antros a cada rato. Pero fuera de ello me di cuenta en lo malinchistas que seguimos siendo en este país. Si buscamos una mujer tiene que ser alta, con una cinturita, busto y caderas amplias con nariz respingadita y de preferencia de tez clara y rubia. Si las mujeres buscan un hombre tiene que ser atlético de facciones afiladas y ojos de color. Ah pero eso sí, tiene que ser ALTO, muy alto por favor.
Cuando el amigo colombiano de mi tocayo vino a México pensaba que se iba a encontrar el país lleno de gente guapa y bien parecida como en las telenovelas. Ja! Cuando llegó a penas podía creer que estaba en ese país que toma a una chica checa criada en México y la convierte en la actriz principal de las telenovelas durante más de diez años . Porque a ese tipo de bellezas hay que explotarlas desde que están tiernitas para convencer al televidente que las mujeres perfectas son esas y que todo mundo puede aspirar a su mundo de caramelo en donde hasta la raza tiene ojos de color y los hippiosos tienen facciones europeas.
Me gustaría decir que esta es una idea que pocos se la tragan. Pero para desmentirme están las montañas de tintes de pelo y de cremas que aclaran la piel en los supermercados. La televisión nacional (que se parece poco a la BBC y bastante a NBC) está formando hordas de "malinches" que quieren ser rebeldes, patitos o divinas que no son. Es decir, cosas que no son.
Esta entrada surgió de una plática de café como residuo del tema de la intervención francesa y la llegada de Maximiliano de Habsburgo, más difícil de plasmar en letras. Sin embargo desde entonces traigo esta canción que me recuerda mucho a eso de lo que acabo de hablar. En inglés y cantada por mexicanos que parecen europeos, por supuesto.
- Hay, eres el primero que me dice eso. A mi no me gusta.
-¿Por qué?
- Pues me iba mejor cuando tenía el pelo güero, cuando iba al antro no tenía que pagar nada. Siempre nos llegaban copas de una y de otra y de otra mesa. Ahora cada que voy tengo que pagar todo lo que tomo, y es mucho.
Ahí aprendí porque a las mujeres se les hace tan pero taaaan fácil irse a los antros a cada rato. Pero fuera de ello me di cuenta en lo malinchistas que seguimos siendo en este país. Si buscamos una mujer tiene que ser alta, con una cinturita, busto y caderas amplias con nariz respingadita y de preferencia de tez clara y rubia. Si las mujeres buscan un hombre tiene que ser atlético de facciones afiladas y ojos de color. Ah pero eso sí, tiene que ser ALTO, muy alto por favor.
Cuando el amigo colombiano de mi tocayo vino a México pensaba que se iba a encontrar el país lleno de gente guapa y bien parecida como en las telenovelas. Ja! Cuando llegó a penas podía creer que estaba en ese país que toma a una chica checa criada en México y la convierte en la actriz principal de las telenovelas durante más de diez años . Porque a ese tipo de bellezas hay que explotarlas desde que están tiernitas para convencer al televidente que las mujeres perfectas son esas y que todo mundo puede aspirar a su mundo de caramelo en donde hasta la raza tiene ojos de color y los hippiosos tienen facciones europeas.
Me gustaría decir que esta es una idea que pocos se la tragan. Pero para desmentirme están las montañas de tintes de pelo y de cremas que aclaran la piel en los supermercados. La televisión nacional (que se parece poco a la BBC y bastante a NBC) está formando hordas de "malinches" que quieren ser rebeldes, patitos o divinas que no son. Es decir, cosas que no son.
Esta entrada surgió de una plática de café como residuo del tema de la intervención francesa y la llegada de Maximiliano de Habsburgo, más difícil de plasmar en letras. Sin embargo desde entonces traigo esta canción que me recuerda mucho a eso de lo que acabo de hablar. En inglés y cantada por mexicanos que parecen europeos, por supuesto.
Comentarios
saludines Soberanes!
Yo por eso voy a dejar que las gúeras se aprovechen de mí antes de ir a casarme con una chiapaneca indígena (en serio)
Y... tampoco me gustan los chicos demasiado altos... ni los muy gueros, ni nadie que tenga cara de comercial de caprice o de colgate.