La cruel y despiadada verdad

De las cosas que más tengo marcadas es haber visto a Mónica con los ojos redondos como platos contando la plática que había tenido con Ángel unos días antes. "Lo que me gusta de ti es que, a pesar que nos conocemos, seguimos siendo amigos". Lo implacable e incómodo de la frase nos hizo revolcarnos de la risa por un buen rato. Pero a lo largo de los años se me ha quedado esa frase grabada en la cabeza, al igual que a Mónica, quien seguramente me corregirá la frase y la ortografía en un comentario.

Ahora que me encuentro en el proceso de hacer más amigos en el lugar en el que vivo me vuelve la frase una y otra vez a la cabeza. El proceso de conocer a una persona es recorrer precisamente un camino lleno de topes que no siempre llega lejos. A veces el caracter de la persona es parco y de pocos amigos, pero te busca porque se siente cómodo contigo. A veces a la primera copa te sueltan toda su vida con detalles que no quieres saber. A veces te cansan rápido y a veces simplemente es divertido pasar tiempo con ellos sin hacer nada. De cualquier modo, a un amigo vas a tener que aprender a quererlo y apoyarlo en las buenas y en las malas porque él también lo hace, a reserva de su carácter y de lo mucho o lo poco que te quiera contar. Es alguien con quien puedes regresar y platicar de tus cosas después de mucho tiempo y las cosas no cambian.

A final de cuentas, quienes leen esto son esas personas que alguna vez me han aguantado física y emocionalmente estando en estado no conveniente, y viceversa. Los extraño y les mando un abrazo.