Vasos cerveceros

Según los belgas, la forma del vaso corresponde al tipo de cerveza. Unos parecen pistilos de flores, otras con la base más estrecha que la boca y otros con forma de copa. En Bruselas me tocó probar una cerveza que se llamaba Quack y cuyo vaso tenía una forma similar a un claxon de payaso y que necesita una base de madera para poder sostenerse. De acuerdo a lo que decía la etiqueta de la cerveza, el nombre venía de los sonidos de las burbujas de aire que pasaban a través de la parte más estrecha del vaso.

Los bares y compañías de bebidas en estos lugares se preocupan por que su cerveza se sirva en el vaso correcto. El más representativo es el de Stella Artois, otros tienen impresiones llamativas o el sello de la marca esmerilado al fondo de la botella. Fuera de los bares es bastante agradable llegar a una casa y beber en los vasos comprados o liberados de los bares (para decirlo de una manera ortodoxa). Lo que más se pierde en los bares, son los vasos de cervezas. 

Jesús tiene una impresionante colección de vasos de Stella Artois y Ale y Roberto tienen otra de cada cerveza que puedan encontrar, que ha de ser bastante respetable. El año pasado les conseguí un par de vasos cerveceros y a cambio me dieron un par de tarros coquetos del Salón Corona (que también son icónicos). Ale dice que la manera más sencilla de conseguirlos es simplemente preguntarle a los meseros si les puede comprar el vaso de la cerveza que se toma. Si se lo pregunta a la persona correcta, sale del bar con un vaso gratis. 

Entre regalos y promociones también yo me he hecho de un repertorio de vasos que uso con frecuencia o que uso como florero. Ale y Roberto nos regalaron una caja de vasos de Guiness para navidad, otros venían con la compra de una jarra de cerveza en Rock Bottom y otros en cajas promocionales en la tienda. Pero esta vez apliqué la técnica de Ale. 

La noche de ayer, con hambre y después de encontrarnos varios restaurantes con más de media hora de espera, llegamos a un pequeño restaurante de pizzas que no habíamos visto antes. La comida era buena y la atención era extremadamente cordial. Cada diez minutos llegaba uno de los tres meseros a preguntarnos sobre la comida, si queríamos algo más, entre otras cosas. Al regresar del baño me retuvo una mesera para preguntarme si necesitaba algo más. Le respondí que estaba bastante bien y le dí las gracias. A los pocos minutos un segundo mesero se acercó a mí para preguntarme si necesitaba algo más, porque me vio platicar con la mesera. Aunque nunca nos fijamos si las demás mesas recibían la misma atención, nos sentíamos bastante mimados y, asumiendo que no nos querían envenenar, quisimos quedarnos ahí más tiempo. Así que pedimos café y postre. 

Durante la comida pedí una cerveza que se llamaba "barking squirrel" que era una mezcla entre lager y ambar. No tan amarga pero lo suficiente para el invierno. El vaso que acompañaba la cerveza tenía un estampado bastante original, que incluía el nombre de la cerveza en manuscrita y el dibujo de una ardilla sosteniendo una piña. A todos nos gustó el vaso, pero nos lo quitaron de la mesa sin que nos dieramos cuenta. 

Al pagar la cuenta, yo me acerqué a la caja para pagar por mí y otras tres personas. Después de hacer un par de comentarios sobre la comida les dije que la cervez estaba buena, y que me gustaría comprar un vaso. El mesero se puso serio, me miró a los ojos y me dijo: ¿quieres un vaso?. Por supuesto, le respondí. Sin dudarlo, el mesero se dio la vuelta y tomó un vaso limpio para regalarmelo.Cabe mencionar que Ale se frustró porque quería uno igual y era seguro que después de haberme dado el vaso a mí no le daría a nadie más otro. Anque aún dudo si el mesero me coqueteó, conseguí otro vasito más para la colección.