Siendo literal

De vez en cuando me encuentro escritos que he hecho y que tengo guardados en una carpeta en mi casa. El otro día me puse a leer con Lola un par de esas entradas de diario de cuando tenía 12 años. Desde entonces me gustaba dejar rastro de mi paso por el mundo. Cada que abro mis libretas o ese sobre lleno de hojas arrancadas de múltiples libretas me sorprendo de las cosas que llegaba a escribir.

La verdad es que siempre he sido bastante romántico. Desde esas entradas de diario, algunos cuentos (hay uno en particular que escribí en la prepa y que temo mucho que se perdió entre esas limpiezas de libretas, a menos que lo tenga Aida y no se le haya perdido en esas limpiezas), hasta poesía que era muy mala, sobre todo porque las hacía en la secundaria. Como todas las cosas, por el lenguaje que utilizo puedo decir más o menos qué es lo que estaba leyendo en esos momentos y a que autor estaba parafraseando. A diferencia del blog, en el que trato que mis entradas tengan un carácter vectorial, en esas hojas sueltas las palabras simplemente flotaban aunque no tuvieran mucho que decir. Y eso era lo bonito, era jugar con el lenguaje y encontrar cinco maneras diferentes de decir una cosa en cinco párrafos diferentes. Uno lo hacía para entretenerse y pasar el tiempo.

Cuando uno se da cuenta de lo bonito que era, uno comienza a hacer las cosas de ese modo. Para mi suerte, tengo un par de conocidos que gustan de vez en cuando de jugar con las palabras. No obstante, a veces uno no cuenta con la barrera del idioma y la cultura.

Para jugar con las palabras uno necesita más o menos tener conocimiento del idioma en el que vas a hablar. En mi ejemplo, una preposición puede cambiar por completo el sentido de la frase, kick in, kick up, kick out; y tu interlocutor queda hecho pelotas porque en realidad todo lo que quisiste decir se lo llevó el traste por esa preposición que, según tú, le iba a dar un matiz bonito y más melódico para el cierre de la oración.

Peor aún, la gente aquí tiende a ignorar el significado del sentido figurado. Un día hablaba con la hermana de una amiga que vive en Quebec y que, por asuntos de la escuela iba a parar a Niágara durante una semana. Mi amiga y yo amenazamos en ir allá para pasar un rato con ella. Ella decía que iba a estar muy ocupada y yo decía que una vez estando allá era fácil que se distrayera un momento/horas/tarde/noche para salir a pasear con nosotros. En el peor de los casos, llegamos a tu habitación y te secuestramos para verte un rato. En ese momento la chica cambió el tono de la conversación asumiendo que yo la iba a secuestrar en el sentido literal de la palabra. Se puso bastante seria y prácticamente ya no contestaba a lo que le decía. Pasé la siguiente media hora explicándole que de donde yo vengo y de con la gente con la que me junto, hacemos uso de alegorías para expresar de manera diferente una idea, le da sabor al lenguaje.

El fin de semana pasado, mientras Lola estaba de visita con su mamá, comencé mi domingo en un desayunador que solo sirve huevos, tocino, pan y papas en múltiples presentaciones. En Canadá, ese día se celebraba el día de las madres. La dueña tiene por costumbre de vez en cuando salir a saludar a sus clientes aunque no los conozca. Al preguntarme si todo iba bien, le dije que me encantaba que pasara a saludar a la gente, la felicité por el día de las madres y por salir a trabajar en su día para alimentar a nosotros, almas hambrientas y desamparadas. En español tiene total y completo sentido. No obstante, para decirlo en inglés tuve la mala fortuna de utilizar la palabra "homeless" para decir desamparado, lo cual también puede interpretarse de manera literal como persona sin hogar, que vive en la calle. La dueña puso una cara de sorpresa y me dijo con tono condescendiente, disculpa, no sabía que eres un (lo que quiera decir homeless). Me pasé el resto de la conversación explicándole que lo decía en sentido figurado, para que se escuchara más bonito.

Comentarios

Entradas populares